viernes, 28 de octubre de 2011

20111028 Ay ay ay! Friburgo.... qué lejos y qué cerca estás

Las empanadas atacan de nuevo. Esta vez, y aprovechando el puente del 1 de Noviembre, nos dimos un paseito por Alemania:

Punto de encuentro: Friburgo.



Los mitfahrer
Como Jels vive en Kaiserslautern capital y Sirvarada y yo en Múnich city, fuimos por separado a nuestro punto de encuentro. Sirvarada y yo decidimos investigar aquello de los mitfahrer, que no es otra cosa que compartir el coche con ... desconocidos ... que va desde el mismo origen al mismo destino. Así que alquilamos un coche y lo llenamos hasta arriba de alemanes. Oh oh! sí! nos superaban en número! Pero tranquilos, al contrario de lo que el resto del mundo piensa sobre los alemanes, en realidad son unos seres pequeñitos y menudos, con no más de 1,60 metros tanto en su versión masculina como en la femenina. Así qué por suerte para ellos, iban bastante cómodos (o eso nos gusta creer a nosotras).


El GPS
Como dicen las abuelas, chica precavida vale por dos. Nos pillamos un coche con GPS, claro está, para no perdernos. Dios nos dió el maravilloso sentido de la desorientación, qué le vamos a hacer. Sin embargo dios tiene un humor muy fino y no nos enseñó a usarlo. Efectivamente, cogimos un pequeño atajo. La cuestión es que teníamos que pasar por Karsruhe para dejar a una mitfahrer, en principio no nos importó mucho porque como podeis ver en la ruta óptima más abajo, hay que pasar necesariamente para rodear la Selva Negra.

Ruta óptima: 415km

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Ruta absurda: 520 km

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Tengo que confesar que he escrito unas cuantas excusas que nos justificarían, pero he sentido vergüenza y las he borrado. No tenemos excusa. Somos pardillas.

Hora de salida de Múnich: 18:00h
Hora de llegada a Friburgo: 00:30h

Aprendizaje número 1: A los mitfahrer no se les lleva a casa.
Aprendizaje número 2: Salir de casa con la ruta puesta.

El camino al hotel
¡Oooh queridos! ¡Qué hotel! Un sitio divino en mitad de la nada de la Selva Negra. Un apartamento para las tres, con cocina, chimenea, y con vistas a la naturaleza. ¡Qué ganas teníamos de llegar! Después de trabajar y la paliza del viaje, en lo único en lo que pensábamos Sirvarada y yo era en dormir calentitas y agustito en una cama enorme con vistas al cielo estrellado. Como íbamos un poco tarde, llamamos al hotel para avisar, y nos dijeron que de acuerdo. Todo iba sobre ruedas.

Atrevidas que somos como ninguna, volvimos a programar el GPS. Se mascaba la tragedia.

¡Pero no! Conseguimos llegar (con unos cuantos metros de diferencia) al lugar donde se suponía que estaba nuestro hotel. No encontramos el sitio exacto, así que llamamos al hotel. Y ahora sí, la tragedia: no nos cogían el teléfono. Y no sabíamos dónde estaba exáctamente el hotel. Dimos miles de vueltas buscando el sitio, carreteras de un único carril con doble sentido,  bosque profundo a la izquierda, precipio mortal a la derecha, luna nueva, 30 km/h. Y finalmente, después de preguntar en un hotel, conseguimos llegar: Mitaddelanada número 33.

El número 33
Teníamos la dirección impresa, estábamos allí. ¡Por fin! Aunque no había ningún cartel de que aquello fuese un hotel, nosotras tocamos al timbre.
Tocamos de nuevo.
Volvimos a tocar.
Nada.
Ruidito de pies arrastrándose.
Voz de ultratumba: ¿Quieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeenes soooooiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis? ¿Quéeeeeeeeeeeeeee quereeeeeeeeeeeeeeeeeis? eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
Ente asomado por la ventana. ¿nos sacará la escopeta?
Sirvarada con su alemán: estamos perdidas, buscamos un hotel.
Voz de ultratumba: Maaaaaaaaaaaaarieeeeeeeeeee
Voz de ultratumba femenina: ¿Quieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeenes soooooiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis? ¿Quéeeeeeeeeeeeeee queréeeeeeeeeeeeeeeeeeis? eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

Habíamos despertado a una pareja de viejos sedados que fueron incapaces de despertarse del todo, asustados por tener visita a la 1 de la mañana.
A la luz del día está claro que aquella casa no era un hotel.
La dura decisión
Tras dar miles de vueltas por entre la negrura espesa que son las noches en mitad de la nada, tuvimos que hacerlo. Definitivamente lo hicimos: decidimos dormir en el coche.



Y lo peor de todo...

6 comentarios:

  1. jajajaja. sois unas cracks. Que lote de reir me he dado. Quiero ser una empanada!!!!Veras cuando termine y no encuentre trabajo en España....Ve voy para Alemania con ustedes y dormimos en la puerta del hotel dentro del coche!!!

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  2. Me meo xDDDDDDDDDDDDDDDDD

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  3. Ay cris, que grandes los videos... xDDDDDD

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  4. "¿Estás haciendo la cama?" xDDDDDDD

    Es la mejor segunda frase.

    La mejor: "Kaiserslautern capital"

    xD

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  5. creo q jamás un nombre de un blog era tan adecuado....

    lágrimas corrían por mis mejillas al leeros...

    q cracks!!!

    y friburgo q tal¿??¿ aunq entiendo vuestra anécdota haya eclipsado el viaje.....

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